Este domingo por la noche se perpetuaba un asalto a las tres sedes del poder de Brasil por parte de seguidores del expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, que exigían una intervención militar y la destitución del actual presidente, Lula da Silva, que tomó posesión el pasado 1 de enero. Así, los partidarios de Bolsonaro asaltaban la pasada noche el Congreso, el Palacio de Gobierno y el Tribunal Supremo en Brasilia, con un golpe que llevaban más de dos meses preparando. 

Los asaltantes radicales reclamaban un golpe contra Lula al no reconocer su legitimidad como presidente, aunque las fuerzas de seguridad han podido recuperar el control de las sedes y hay, al menos, 46 heridos y cerca de 400 personas detenidas. 

"Estoy en Brasilia supervisando las manifestaciones y tomando todas las medidas para contener los disturbios antidemocráticos de la Explanada de los Ministerios", ha detallado Lula da Silva. 

Lula regresa a Brasilia

El presidente de Brasil se encontraba en Sao Paulo, concretamente en el municipio de Araraquara, cuando sucedieron los hechos. Había viajado hasta esta zona para supervisar los efectos causados por las inundaciones y las lluvias en estas zonas. "Yo estaba aquí cuando empezamos a seguir a los vándalos por televisión", ha confirmado en su cuenta oficial de Twitter. 

"Todos los vándalos fascistas serán encontrados y castigados", ha asegurado el mandatario, antes de leer todos los detalles de un nuevo decreto para la intervención federal. Así, Lula da Silva ha designado un nuevo responsable de la seguridad en la zona, Ricardo García Cappelli, en sustitución de un aliado de Jair Bolsonaro.

Asimismo, el presidente ha recordado que hay "varios discursos" de su predecesor, Jair Bolsonaro, en los que "alienta" la toma de los distintos poderes. "Esta también es su responsabilidad y la de los partidos que lo apoyaron", ha sentenciado.

Pocas horas después de lo sucedido, Lula regresó a Brasilia para visitar todas las instalaciones que fueron asaltadas por miles de seguidores de Bolsonaro. "Justo esta noche estuve en el Palacio del Planalto y en el STF. Los golpistas que promovieron la destrucción de bienes públicos en Brasilia están siendo identificados y serán sancionados. Mañana retomamos labores en el Palacio del Planalto. Democracia siempre. Buenas noches", indicaba. 

Bolsonaro sigue los acontecimientos desde Florida

Por su parte, el expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, se encuentra en Florida, concretamente en Orlando, tras abandonar el país el pasado 1 de enero, cuando se produjo el cambio de mandato.

"Las manifestaciones pacíficas, dentro de la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, el vandalismo y las invasiones de edificios públicos, como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla", manifestó el exmandatario en sus redes sociales, más de siete horas después del ataque a los edificios públicos.

Desde que tuvieran lugar las elecciones democráticas hasta su partida a Florida, el expresidente había reducido sus apariciones públicas, mientras sus simpatizantes más radicales provocaban disturbios en Brasilia antes de la toma de posesión de Lula. Ahora, este mismo domingo, invadieron las sedes del poder del país, causando graves daños.